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martes, 23 de septiembre de 2008

El síndrome postvacacional


El otoño empieza bien. Me acaban de comunicar que he ganado otro concurso literario, esta vez con un cuento sobre un abuelo que se despide de su nieto. Tendré que hacer otro blog de literatura si esto sigue así, pero estoy esperando peticiones masivas de la gente para publicar mis obras. El prósimo el Planeta, je.
Pero de lo que yo quiero hablar es de esta moda mediática del síndrome postvacacional. Se supone que en septiembre la gente está un poco más apagada, a no ser que ganes un premio, claro, que siempre anima.
Me llaman de Radio Jerez para que les hable del tema, y la pregunta de la periodista es muy directa: ¿Existe o no existe el síndorme postvacacional? Bien, pues existe si creemos que existe. O sea, que ahora mismo existe un poco, pero no del todo. Me he puesto a buscar información por la red de redes, y solo encuentro comentarios periodísticos, pero nada serio. La única referencia es un estudio de un sindicato sobre cómo afecta la vuelta de vacaciones.
Esta manía de los medios de ponerle nombre a todo, por simplificar más que nada, está siendo peligrosa. Porque los medios crean pensamiento, crean opinión, crean creencias. Si los medios dicen que hay crisis, es que hay crisis. Hace años decían que había mucho paro, y había mucho paro. Los términos cambian a su antojo, muchas veces para describir la misma realidad. Pero las palabras crean realidades distintas.
Creo que hace diez o doce años que se viene hablando del "síndrome postvacacional". Algún periodista atrevido describiendo las sensaciones que tiene los trabajadores cuando vuelven de vacaciones, y seguro que algún psicólogo, o más bien un psiquiatra, dándole forma y nombre a un proceso totalmente normal.
Lo que nos pasa cuando volvemos es de sentido común. Cambiamos el ritmo. Y punto. Pero lo curioso es que eso le pasa a mucha gente el domingo por la tarde y el lunes por la mañana. Cuando cambien los ritmos y hay una adaptación, claro. Y a eso no hay que ponerle ningún nombre. Porque al poner nombres, sobre todo si son negativos, le damos más importancia y hacemos creer que la cosa es más seria de lo que es. No es lo mismo que alguien diga el lunes por la mañana que está cansado o que tiene sueño o que le cuesta concentrarse, a que diga que tien el síndrome del lunes. Esto último parece más serio.
Si estamos de vacaciones mucho tiempo, la vuelta es costosa necesariamente porque supone un cambio de ritmo, de hábitos, de sensaciones, de "chip". Y eso cuesta unos días. Pero no es nada grave. Además hay cosas a tener en cuenta para que ese cambio sea menos brusco. Por ejemplo no coger todas las vacaciones de golpe, ir cambiando los horarios progresivamente los últimos días (sobre todo por el sueño que es fundamental), y no incorporarse un lunes. Porque esto último es curioso, mucha gente hace coincidir las vacaciones con semanas completas, de manera que deja de trabajar un viernes, y después se incorporará un lunes. Pues así cuesta más, claro. Lo mejor es dejarlo un jueves, e incorporarse un martes o un miércoles, y la semana será más corta.
En fin, que nos estamos volviendo muy pijos. Preguntadle a los niños, que esos sí que tiene un cambio de ritmo increible, a ver si alguno dice que tiene el síndorme postvacacional.

martes, 16 de septiembre de 2008

teste de 0,2 segundos

Vía meneáme encuentro un teste visual para ver si sabemos separar dos colores en tan poco tiempo. Consiste en decir si en la imagen que aparece aquí hay más círculos azules o más círculos amarillos. Hagan play.

martes, 9 de septiembre de 2008

Que pesaos son algunos..


Y es que hay gente, científicos se llaman ellos, que investiga cosas como con mala leche. Cada vez que se busca algo se parte de una hipótesis, al menos eso me enseñaron a mí. Me gustaría saber cuál es la hipótesis de partida de esta gente que estudia las diferencias entre los cerebros de hombres y mujeres. Parece que es el explicar por qué somos diferentes. Puestos así, alguien podría estudiar las diferencias cerebrales (o genéticas incluso), entre mi vecino pueblo portugués de Barrancos, que a pesar de estar tan cerca somos tan diferentes... Serán los genes. Cuánta tontería.
Y encima la noticia se escribe en masculino, claro. Los hombres tienen más de no sé qué, o las mujeres menos. Parece que es el hombre el que busca explicación biológica a las diferencias, sin embargo las mujeres buscan explicaciones más sociales. Machismo investigador, podríamos llamarlo.
Quizá la culpa sea de los medios de comunicación, que están deseando encontrar un titular que explique las cosas. Por ejemplo, El gen de la infidelidad masculina. Esta noticia ha saltado recientemente a los medios, y probablemente haya hecho mucho daño a mucha gente. Ahora algunos pensarán que como tienen ese gen es inevitable ser infiel. Es lo que pasa con la lógica aristotélica. Nunca se deben usar las correlaciones simples para hacer grandes generalizaciones, pero algunos están deseando. Eso sí, al final de la noticia se puntualiza con algún comentario del tipo "también influye el ambiente". Me parto.
Con la de cosas que hay que estudiar todavía y cuánta gente perdiendo el tiempo.

martes, 2 de septiembre de 2008

Psicólogos y emergencias


Se acabó el mes de agosto, que sin duda será recordado por el accidente de un avión en Barajas y sus 154 muertos. Habitualmente me quejo del escaso papel social de los psicólogos, especialmente en los medios de comunicación. Sin embargo, y con la única excepción del atentado del 11M, en todas las noticias de televisión, radio, prensa e internet hemos tenido constancia de la labor que hacen los psicólogos en una catástrofe como esta.
Por un lado me gratifica ver que los psicólogos se hayan convertido en una pieza tan necesaria como un bombero en una situación así. Y también el hecho de que acudan en masa y de manera voluntaria para ayudar, lo que es difícil que ocurra con otras profesiones. No acuden médicos en masa a ayudar, por ejemplo. Aunque el sistema ofrece atención médica de una manera formal, o sea, pagados, y no ocurre igual con la atención psicológica. Quizá porque es secundaria, o porque llegó después.
El caso es que por otro lado me molesta un poco ver a los compañeros con un chaleco reflectante en el lugar de los hechos. Hay muchos profesionales que critican esta labor por varias razones. Primero porque lo inmediato no es la atención psicológica, sino la médica. Y segundo porque la verdadera labor necesaria en esos momentos la puede hacer cualquier profesional preparado sin que sea psicólogo. Eso sí, son los psicólogos los que enseñan a hacer estas cosas. Pero hablar con los familiares para que se sientan acompañados, darles la información correctamente, tranquilizarlos, y sobre todo, no empeorar su situación, esto puede hacerlo cualquiera que esté preparado. Además acuden muchos voluntarios que no sabe realizar esa labor bien. En este sentido Madrid es un buen ejemplo porque el COP tien una buena organización, pero no podemos decir lo mismo de otras comunidades autónomas.
Pero bueno, para una parecela que cogemos sin que nadie nos la quite, tendremos que aprovechar. Además hemos tenido cierta publicidad necesaria, ya que las instituciones no la hacen, ni los colegios de psicólgos tampoco. De hecho estos días estoy recibiendo muchas llamadas para pedir consulta. Que por otra parte suele ser habitual en septiembre.