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miércoles, 30 de abril de 2008

A pensar



Vamos a pensar un poco.


Responda al siguiente problema lo más rápidamente que pueda, sin hacer las operaciones matemáticas:

Una raqueta y una pelota cuestan 1,10 euros. La raqueta cuesta un euro más que la pelota. ¿Cuánto cuesta la pelota?

Es una sencilla operación, y probablemente usted haya dicho que la respuesta correcta es 0,10 euros. Pues se equivoca, la respuesta correcta es o,5 euros. Esto nos pasa porque nuestro celebro toma atajos, y se equivoca. Estos razonamientos erróneos son los que hacemos habitualmente en temas como los celos o las críticas hacia los demás.

Pero como a mi me gustan más las ilusiones ópticas, aquí va una intersante de una ambulancia. Y aquí una bailarina que gira para los dos lados, depende del observador. Ay, esta realidad nuestra.




miércoles, 23 de abril de 2008

La ética de los psicólogos


Leo por ahí que sigue vivo el debate en EE.UU sobre el uso de psicólogos en los interrogatorios de Guantánamo. Varios psicólogos se oponen y empiezan a movilizarse, y al final parece que con cierto éxito. Un resumen puede leerse aquí. Esto me lleva a recordar el dabate más famoso que hemos tenido en España desde el punto de vista deontológico de la psicología, y fue ni más ni menos que sobre Gran Hermano. Hoy ya no se debate, ha pasado a formar parte de nuestra vida cotidiana, pero en la primera edición los cruces de acusaciones entre Enrique García Huete y otros psicólogos. Aquí puedes rememorar el interés psicológico del fenómeno de algunos en la primera edición. Se criticó mucho la participación de psicólogos para seleccionar y supervisar a los concursantes, no con el objetivo de beneficiar a las personas, sino de beneficiar el espectáculo. Legalmente lo único de lo que se les pudo acusar, y de refilón, fue de utilizar datos privados sin consentimiento, aquí la sentencia. Pero la polémica de los profesionales fue muy interesante. Aquí las acusaciones de vulnerar el código deontólogico. Y la defensa de García Huete, gran profesional fuera de este circo, se resumía en este artículo publicado en El País. Pero desde el punto de vista ético la discusión sigue abierta, aunque ya no gastamos energía en un fenómeno que va por su novena edición. Eso sin contar la cantidad de programas similares que surgieron después y que se han mantenido, muchas veces seleccionando personas con el único objetivo de que nos riamos de ellas.
Por cierto, pongo el código deontológico por si a alguno se le ha olvidado leerlo.

jueves, 17 de abril de 2008

La invención de los tratornos mentales


Creo que ya he hablado aquí de esto y también de este libro, pero he encontrado un cruce de comentarios entre los autores del interesante libro y la Sociedad Asturiana de Psiquiatría. Creo que hay que leer esto y creo también que hay que leer el libro para entender mejor lo que está pasando.

viernes, 11 de abril de 2008

El paquete de galletas


En el andén... Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación, le informaron de q el tren en el que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una hora. La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el rato. Buscó un banco en el anden central y se sentó preparada para la espera.
Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. Imprevistamente, la señora observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.
La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirándolo fijamente a los ojos.
Como respuesta, el joven tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió. La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra, manteniendo de nuevo la mirada en el muchacho. El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta.
La señora cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, la señora se dio cuenta de que en el paquete sólo quedaba la última galleta. "-No podrá ser tan descarado", pensó mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas. Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad. Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su compañera de banco. ¡Gracias! - dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad. De nada - contestó el joven sonriendo suavemente mientras comía su mitad.
Entonces el tren anunció su partida... La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio al muchacho todavía sentado en el anden y pensó: "¡Que insolente, que mal educado, que vergüenza de tipejo!". Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas intacto.
Dice un viejo proverbio... Peleando, juzgando antes de tiempo y alterándose no se consigue jamás lo suficiente, pero siendo justo, cediendo y observando a los demás con una simple cuota de serenidad, se consigue más de lo que se espera. Que pases un bonito día.

martes, 8 de abril de 2008

Jornadas de Psicoterapia II















Pues eso, que estuvimos en las Jornadas de Psicoterapia. Varias cosas llaman mi atención. Tan solo se presentan tres comunicaciones libres, bastante pocas para los 120 asistentes, que también son pocos. Los peces gordos además son gente de fuera de Extremadura. Creo que el nivel de la psicología en nuestra tierra es bastante humilde, pero hay cositas buenas que se podían haber mostrado. La organización prefiere a gente de fuera, suele pasar. Por otro lado el hecho de que se presenten tan pocas comunicaciones les da la razón. Esto hay que pensarlo mejor.
Por otra parte, lo más interesante, es que varias de las personas que intervinieron, cognitivos conductuales mayoritariamente, hablaban de "otras terapias" con un cierto tono despectivo. Y a continuación añadían la famosa frase de "terapias empíricamente validadas". A mi esto me hace mucha gracia aunque es un problema muy serio. Parece que los que hacemos terapia familiar, los sistémicos nos llaman algunos, hacemos algo raro que no está validado. Pero resulta que sí. Y ya estoy un poco cansado de defenderme, cuando deberían ser ellos los que deberían defender terapias antiguas y desfasadas. Lo que pasa es que los sistémicos somos más humildes, es lo que tenemos. De todas formas me acordé muchas veces de Alberto Rodríguez Morejón (maestro Alberto), y su buénisimo artículo sobre el tema. En una conversación entre varias colegas mientras comíamos discutíamos sobre las diferencias entre unos enfoques y otros. A veces nos perdemos en estas lides y nos pasa como a Hilary Clinton y a Obama, que pelean entre ellos cuando tienen mucho en común, en lugar de pelearse con el auténtico enemigo republicano. Nuestro amigo Jorge Campos, el presi de la Asociación Extremeña de Terapia Familiar, insistía en que tenemos muchas cosas en común, y es cierto. Y creo que lo importante es que el enemigo de un psicoterapeuta no es nunca otro psicoterapeuta, aunque trabaje de forma diferente y criticable. No. El enemigo es el curandero, la bruja, la echadora de cartas, los médicos de cabecera haciendo psicoterapia y la excesiva medicalización de la salud mental. Eso. Y lo que no entiendo bien es por qué los colegios de psicólogos no hace nada con este tema.
Otra cosa que me llama la atención es que las jornadas no aparecen en los medios de comunicación. Ni en ningún sitio. Creo que las únicas referencias que se encuentran por internet son estas. Me parece triste.
Por lo demás es de agradecer que el colegio haya hecho por fin unas jornadas de psicoterapia. Por cierto, creo que hay elecciones a final de año, y como ha dicho esta mañana Esperanza Aguirre, no está en mis planes presentarme, pero si mis planes cambian lo diré.

martes, 1 de abril de 2008

Jornadas de psicoterapia del COP de Extremadura


Enlazando con el post anterior, este fin de semana tenemos jornadas de psicoterapia organizadas por el Colegio de Psicólogos de Extremadura. No veo en las ponencias nada relacionado con psicoterapia de abusadores sexuales. Sí hay algo de maltrato, y si me dejan, presentaré una comunicación sobre un caso de un maltratador. Ya os contaré. Está claro que con la violencia de género ha habido una pequeña revolución, política, institucional, social y profesional. Sin ir más lejos, desde este semana pertenezco a la Red de Asistencia Psicológica a Mujeres Víctimas de Violencia de Género en Situación de Emergencia. Esto no es más que un grupo de psicólogos y psicólogas disponibles para atender de forma inmediata a las urgencias psicológicas que tengan las mujeres víctimas de violencia. Una buena idea, en convenio entre el Cop y el Insitutuo de la Mujer de Extremadura. Está claro que está habiendo pasos en este sentido. Ahora también se está realizando un curso para formar a psicólogos para trabajar en las cárceles con maltratadores. Sigue siendo poco, y los profesionales están por lo general poco formados, pero se están dando pasos. Pues también hay que dar pasos con el tema de los abusos sexuales. Hace unos días salía a la luz un estudio hecho en Cataluña, que sin duda podemos ampliar al resto de España. El 18% de las personas sufrieron algún tipo de abuso en su infancia. Aunque la mayoría no tiene ninguna secuela psicológica, es un tema serio que merece, insisto, un mayor trabajo profesional.
En cuanto a las jornadas, hablaremos el lunes. En esta tierra el nivel de los psicólogos, además del número, es bajo, y son necesarias jornadas de este tipo. Aunque las ponencias oficiales estén copadas, como casi siempre, por los dinosaurios cognitivos-conductuales que llevan décadas diciendo lo mismo. Tengo especial interés en ver las comunicaciones libres, porque si me pongo en plan optimista, seguro que aparecen buenos profesionales contando cosas interesantes.

Mariluz y el patético espectáculo de los medios


A estas alturas no hay nadie que no haya oido hablar del caso Mariluz. A mí me produce un poco de vergüenza todo lo que leo, escucho y veo al respecto. Suele pasar de vez en cuando, al salir algún tema escabroso, que la población grita enardecida contra el asesino pidiendo que lo cuelguen en la plaza del pueblo. Entiendo la reacción de la gente, lo que no entiendo es la reacción de los supuestos profesionales. Los comentarios en las "mesas de debate" son patéticos, no encuentro otra palabra mejor. Hace tiempo ya que estoy cansado de escuchar a determinados periodistas hablar de todo. Y es que confundimos el hablar bien con el saber de qué se habla. Y los mismos periodistas analizan casi a diario todas las noticias, desde los nuevos diputados hasta el partido de la liga de campeones pasando por un caso de abusos sexuales. Lo malo es que la gente los escucha porque hablan medianamente bien. Pero lo que más me duele es la reacción de algunos profesionales. La mayoría porque no dicen nada, y otros, como el patético Urra Portillo, porque se pasa siete pueblos. Este señor pide que se utilicen inhibidores hormonales y que se plantee que no salgan de la cárcel. Entiendo que eso lo pueda pedir un familiar afectado, pero se supone que un profesional debe plantear otras cosas. Pero claro, es que este señor, que empezó siendo un psicólogo de menores respetado, y pasó a ser defensor del menor en la Comunidad de Madrid, ahora es más bien otro periodista de estos que sabe de todo en las "mesas de debate" y que escribe libros como churros que no dicen nada. Siempre he pensado que los psicólogos y psiquiatras que se dedican a salir en los medios no tienen tiempo de trabajar, formarse, investigar, leer y aprender. Cuanto más sale alguien, menos sabe. Y al final se deja llevar por el canto de sirenas de los medios, en lugar de por su vocación profesional. Otra ejemplo claro es la sexóloga Lorena Berdú, que empezó con un programa de sexualidad y acabó de actriz en una serie. A partir de ese momento no debería volver a hablar de forma profesional de la sexualidad en su vida, puesto que está claro que ha dejado de formarse en ese campo. Aunque realmente esta señora no ha sido nunca una profesional, sino una periodista vocacional. Es psicóloga pero no tiene ningún título que la acredite como sexóloga, aunque ella se presente así. Al señor Urra Portillo, como digo, le gusta el espectáculo, y habla manipulando los sentimientos primarios de la mayoría de la población en un caso como este, o sea, de forma poco profesional.
El caso tiene su miga, pero hay dos cosas que yo tengo muy claras. El supuesto asesino está diagnosticado de esquizofrenia paranoide, lo que sirve habitualmente de atenuando en los juicios. Aquí ya lo hemos juzgado en los medios, saltándonos todos los derechos constitucionales de cualquier ciudadano. Este señor tiene derecho a un juicio justo, a un tratamiento adecuado a sus problemas psicológicos, y lo que es más importante, a una condena, si fuera el caso, encaminada a su reinserción. Porque mientras no se cambie la constitución, el artículo 25.2 dice así "Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados." Por eso, y por una cuestión de ética profesional, nosotros tenemos que trabajar para conseguir que estas cosas no vuelvan a pasar, o sea, hay que trabajar con los violadores, delincuentes, abusadores, maltratadores y demás. Pero no escucho a nadie defendiendo esto. Los que salen a la palestra plantean cadena perpétua, castración química y otras salvajadas que nos acercan a nuestra prehistoria.
Por otra lado, el verdadero análisis de por qué pasan estas cosas tampoco lo hace nadie. Por un lado ha fallado, como tantas veces, el sistema judicial. Porque hay leyes injustas (robar un bolso con intimidación es mayor delito que abusar sexualmente de un menor). Y además porque el desorden evidente de los juzgados hace que se cometan fallos como los de este caso, ya que parece evidente que al tener antecedentes claros no debería estar en libertad. Aquí es donde hay que profundizar.
Resumiendo, lo que me gustaría ver, escuchar y leer estos días es que la justicia va a mejorar en su funcionamiento para que no haya fallos, y que se van a poner en marcha programas de reinserción y reeducación para todos los que lo necesiten. Así tendríamos más trabajo, claro. Porque con los profesionales que hay actualmente en el sistema penitenciario no se puede hacer. De esto también se habla poco. Dos o tres psicólgos, seis o siete educadores sociales y tres o cuatro trabajadoras sociales son el equipo que hay habitualmente en una cárcel española, con una media de 800 presos. ¿Dónde está el fallo?