Vamos a pensar un poco.
Responda al siguiente problema lo más rápidamente que pueda, sin hacer las operaciones matemáticas:
Una raqueta y una pelota cuestan 1,10 euros. La raqueta cuesta un euro más que la pelota. ¿Cuánto cuesta la pelota?
Es una sencilla operación, y probablemente usted haya dicho que la respuesta correcta es 0,10 euros. Pues se equivoca, la respuesta correcta es o,5 euros. Esto nos pasa porque nuestro celebro toma atajos, y se equivoca. Estos razonamientos erróneos son los que hacemos habitualmente en temas como los celos o las críticas hacia los demás.
Pero como a mi me gustan más las ilusiones ópticas, aquí va una intersante de una ambulancia. Y aquí una bailarina que gira para los dos lados, depende del observador. Ay, esta realidad nuestra.
Una raqueta y una pelota cuestan 1,10 euros. La raqueta cuesta un euro más que la pelota. ¿Cuánto cuesta la pelota?
Es una sencilla operación, y probablemente usted haya dicho que la respuesta correcta es 0,10 euros. Pues se equivoca, la respuesta correcta es o,5 euros. Esto nos pasa porque nuestro celebro toma atajos, y se equivoca. Estos razonamientos erróneos son los que hacemos habitualmente en temas como los celos o las críticas hacia los demás.
Pero como a mi me gustan más las ilusiones ópticas, aquí va una intersante de una ambulancia. Y aquí una bailarina que gira para los dos lados, depende del observador. Ay, esta realidad nuestra.