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miércoles, 4 de abril de 2007

semana santa

Me paro a reflexionar estos días sobre el extraño y atrayente fenómeno de la semana santa. En nuestro país se vive esta fiesta de manera especial, y sobre todo en determinados sitios. Uno de ellos es sin duda mi pueblo, Oliva de la Frontera, donde se representa desde hace 32 años la Pasión Viviente. Esta escenificación de los últimos días de Jesús por parte de gran cantidad de actores aficionados, atrae a miles de personas a verla. Tendríamos que ahondar en las raíces de la antropología social, utilizar razonamientos de Ortega y Gasset y de psicólogos sociales como Zimbardo o Bandura para encontrar alguna explicación coherente. Quizá el concepto de aprendizaje vicario de Bandura lo explique mejor, ya que ¿como es posible que tanta gente se implique en una obra de teatro de calle que ven miles de personas? La recompensa no es económica, ya que no cobran, tampoco buscan el aplauso, aunque lo reciben, ya que a la mayoría les da mucho respecto eso de actuar y no vuelven a hacerlo en todo el año. Y tampoco es una motivación resiligiosa ya que muchos actores son claramente ateos. La mayoría lo hace porque lo hacen los demás, y entonces entendemos sencillamente que "hay que hacerlo". No es que haya refuerzo social al hacerlo, es que si no lo haces, hay un castigo social. La frase que más se utiliza estos días por el pueblo es "¿tú no te vistes?", frase que implica una crítica social importante. El planteamiento de la obra además facilita la integración social en el grupo, ya que además de los actores que están en los escenarios, otra mucho gente puede vestirse de "pueblo" y acompañar en las escenas, como especie de extras vestidos de gente de la época. Sólo hace falta un sencillo traje y un pañuelo a la cabeza.
En pocos años, este juego religioso que comenzó un sacerdote con imaginación se ha convertido en un auténtico movimiento social digno de estudio. Mucha gente se implica con esta historia de una u otra forma, organizando, montando decorados, pegando carteles, ensayando, haciendo trajes... y actuando. Y al final se ha conseguido que Oliva de la Frontera tenga identidad propia por su Pasión Viviente. Estudiar este fenómeno de pocos años nos daría muchas pistas sobre otros fenómenos sociales y sobre el origen y el mantinimiento de tantas y tantas semanas santas interesantes. Así que... a trabajar.

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